Sed de Dios
No te conformes, no te
acomodes
… No reine el pecado en vuestro
cuerpo mortal
para que no obedezcáis
sus lujurias.
Rom. 6:12
Hay
grandes trechos de desierto en Idaho. Puede sonar emocionante vagar solo por
esas regiones indómitas, pero es peligroso.
De la misma forma, cada incursión que
hacemos en el pecado tiene su precio “ALTO”, por cierto. Sacrificamos
nuestra cercanía a Dios y perdemos su bendición (Salmo 24:1-5), en consecuencia
perdemos también nuestra influencia sobre los demás que viene de la pureza de
mente y el cuerpo.
Se me ocurre pensar que las áreas salvajes
que hay en nuestra vida, en nosotros, puede que nunca sean totalmente domadas,
pero podemos establecer límites que impidan vagar por ellas.
Uno de los límites es recordar que
estamos muertos al poder del pecado (Rom. 6:1-14). No tenemos que ceder a él.
No sé cómo llega a ti, pero en mi comienza en la mente, si sé que todo lo que
piense puede traer a mi vida una connotación positiva ó negativa, entonces seré
más cuidadosa con que decido pensar.
El salmista decía que la meditación en la
palabra día y noche debe ser en nosotros un estilo de vida, continuo, o ¿con
qué limpiará el joven su camino?, con guardar tu palabra (es la respuesta)
¡Ojalá fuesen ordenados mis caminos para guardar sus estatutos!
Antes de acomodarme y decir “es que soy
carne” puedo decir, decido honrarte con mi pensamiento. Recordemos lo que dice
el salmista: Toda palabra que decimos en la tierra es escuchada en el cielo, en
sus palabras: Pues aún no está la palabra
en mi lengua, y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda (Sal.139:4). Aquí está
mi primer freno. Decido honrar a Dios con todo cuanto piense y
diga.
Con todas mis fuerzas lo intentaré. No
quiero anfibios en mi mente. No significa que no puedan colarse y que no estén
en este momento, pero me gusta mucho un afiche que dice: “si quieres escuchar
la voz de Dios, bájale el volumen al mundo”.
El segundo
límite es resistir la tentación cuando nos atraiga por primera vez. La
tentación inicial puede no ser fuerte, pero
si la entretenemos, con el tiempo gana poder
y abruma. Recuerdo lo que dice Santiago: Resistid al diablo y él huirá de vosotros.
¡Cuidado! Mientras más contemplas la tentación
mejor se ve y es nuestra vida la que está en juego. Es mejor salir
corriendo y dejar las ropas en manos de la mujer de Potifar como lo hizo José,
y aun cuando no estés parado en el borde, ella no tiene ningún problema con
seducirte y buscarte.
No sé
cómo se llaman tus ranas, pero anfibios fríos, ¿dices que son inofensivos?, el
pecado o la tentación se ven igual, inofensiva al principio, pero fría
siempre…silenciosas, menos cuando llueve y aun cuando cantan, así que no
permitas que lo hagan a tus oídos, puede llegar el momento en que quizás sea
grato a tu oído o simplemente te conformes. ¿Tienes potestad para hacerlas
callar? ¿Qué esperas?
A veces
suena fácil, aunque por lo general suele ser más difícil. Me ha sajado la piel,
muchísimas veces, duele, lo sabemos, pero dolerá más si permitimos que se
queden.
La
impureza es destructiva, pero si anhelamos santidad y pedimos ayuda a
Dios, Él nos dará la victoria. No olvides que si alimentas tu fe, tus dudas
morirán de hambre; escribe tus planes con lápiz y dale el borrador a Dios, así
te aseguras de que sea su voluntad y no la tuya.
Mileidy Caballero Calzadilla