martes, 25 de junio de 2013



Cayado del pastor
Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré;
Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida.
Salmo 27: 4

Vivimos tiempos muy difíciles, agitados y atribulados por las presiones que nos rodean, tanto materiales como espirituales. El hombre está rodeado de dificultades y tiene  la necesidad de sentirse amado.
   Muchas veces se recibe la indiferencia y la indolencia de los que nos rodean, incluso de los seres queridos; y puede ser que nos sintamos solos, que pensemos que nadie se interesa por nuestros sentimientos o que nuestros problemas nadie los ve. En este espacio tengo el propósito de decirte que el Creador del universo y de todo lo que en él hay, nuestro Dios, tiene sus ojos puestos en ti,  y lo mejor, Él no te desamparará.
   Dios es nuestra única esperanza, es luz para los que están en tinieblas, para los que se encuentran  a la deriva y sin rumbo, es un faro salvador que nos lleva  a la eternidad. Jehová Dios envió a su hijo Jesucristo para que fuera nuestro salvador, llevando Él toda la culpa, nuestros errores y pecados. Por eso es nuestra luz y salvación,  nuestra fortaleza. Si él vive en tu corazón, nadie puede atemorizarte (Versículos 1-3). ¡Te invito a que busques de Jesucristo!
   Hoy es un día para considerar todo lo que Dios tiene para nosotros y la actitud que asumimos para con Él. En el versículo 10 dice que aunque abandonados y olvidados por todos, Dios no nos dejará, Él nos recogerá; no es indiferente a nuestro dolor, pero es necesario que nosotros le demos Su lugar, espacio y tiempo, que vayamos a su casa y allí recibamos su protección y cuidado, su bondad y amor, que aunque el mundo nos dé la espalda, nos desprecie e ignore, Jesucristo, el Hijo de Dios, nunca lo hará; Él murió de la manera más vil que existía en aquellos tiempos, tomando el lugar de toda la humanidad para pagar por nuestras culpas y pecados, todo por amor. Él nos ama y espera por nosotros todos los días.
   Amigo o hermano que lees en este momento: cuando le pedimos perdón a Dios y expresamos nuestro dolor por pecar o fallar, Él es misericordioso y nos perdona, y cuando le recibimos en nuestro corazón Él nos regala la vida eterna. Cuando le buscamos y le obedecemos, tenemos de Él la seguridad y protección que tanto queremos. Dios espera por ti, no le hagas esperar. Acompáñanos en los cultos en la iglesia. ¡No demores! Sus tesoros son para ti.

El Pastor.

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