Cayado del pastor
Una cosa he demandado a
Jehová, ésta buscaré;
Que esté yo en la casa de
Jehová todos los días de mi vida.
Salmo 27: 4
Vivimos tiempos muy difíciles, agitados y
atribulados por las presiones que nos rodean, tanto materiales como
espirituales. El hombre está rodeado de dificultades y tiene la necesidad de sentirse amado.
Muchas veces se recibe la indiferencia y la indolencia de los que nos
rodean, incluso de los seres queridos; y puede ser que nos sintamos solos, que
pensemos que nadie se interesa por nuestros sentimientos o que nuestros
problemas nadie los ve. En este espacio tengo el propósito de decirte que el
Creador del universo y de todo lo que en él hay, nuestro Dios, tiene sus ojos
puestos en ti, y lo mejor, Él no te
desamparará.
Dios es nuestra única esperanza, es luz para
los que están en tinieblas, para los que se encuentran a la deriva y sin rumbo, es un faro salvador
que nos lleva a la eternidad. Jehová
Dios envió a su hijo Jesucristo para que fuera nuestro salvador, llevando Él
toda la culpa, nuestros errores y pecados. Por eso es nuestra luz y
salvación, nuestra fortaleza. Si él vive
en tu corazón, nadie puede atemorizarte (Versículos 1-3). ¡Te invito a que
busques de Jesucristo!
Hoy es
un día para considerar todo lo que Dios tiene para nosotros y la actitud que
asumimos para con Él. En el versículo 10 dice que aunque abandonados y
olvidados por todos, Dios no nos dejará, Él nos recogerá; no es indiferente a
nuestro dolor, pero es necesario que nosotros le demos Su lugar, espacio y
tiempo, que vayamos a su casa y allí recibamos su protección y cuidado, su
bondad y amor, que aunque el mundo nos dé la espalda, nos desprecie e ignore,
Jesucristo, el Hijo de Dios, nunca lo hará; Él murió de la manera más vil que
existía en aquellos tiempos, tomando el lugar de toda la humanidad para pagar
por nuestras culpas y pecados, todo por amor. Él nos ama y espera por nosotros
todos los días.
Amigo o
hermano que lees en este momento: cuando le pedimos perdón a Dios y expresamos
nuestro dolor por pecar o fallar, Él es misericordioso y nos perdona, y cuando
le recibimos en nuestro corazón Él nos regala la vida eterna. Cuando le
buscamos y le obedecemos, tenemos de Él la seguridad y protección que tanto
queremos. Dios espera por ti, no le hagas esperar. Acompáñanos en los cultos en
la iglesia. ¡No demores! Sus tesoros son para ti.
El Pastor.
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